??????? saber quién canta, pero parece es con nostalgia.
En la despedida 2013…
lo habrán dejao’ o seguirá enamorao’
Quién será, quiero conocerlo !!!
Ayer celebramos otro final de un año, ayer se escucharon disparos y hasta los cohetes que llegaron al cielo encendíos formaron bellezas que deseparecieron en las tinieblas.
A las doce en punto se escuchó una guerra desde Carolina pasando por Bayamón y a Culebras llegó.
Se estremeció tanto el cielo con esos truenos que las estrellas dispararon pa’ abajo ese claje’ aguacero, el del primero de enero!
Y el Vecino, a donde habrá ido. A los hoteles, con la familia, en su trabajo pero tendrá trabajo,? o en un barco-habrá cruzado? O se habrá dormido. Puede que se haya ido a Vieques o tal vez se escapó con Mickey.
Jmmm…me está que se fué low por su ex-vecindario, qué rico! alomejor en un party de marquesina. Sí, yo creo que sí, una fiestecita con mesitas y sillas plegadizas con manteles de los que vuelan, de los que con pega se pegan en donde después le meten al dominó y las cervezas cuelgan.
Yo creo que así es mejor, como nos criamos tos’ …con sandwichitos de mezcla, las ritz con la grasa del salchichón y el amarillo que suda, hasta el queso ese de espray’!
Que divertido era abrir las bolsas de galletas y dippear en las mezclas caseras.
Qué rico es, voltear la mente al reves,
y revivir los buenos tiempos del ayer! esos de antes en las parrandas, que ya el recuerdo lo que causa es nostalgia.
Aquellos días que las familias se reunían y se seguían, aquellas noches que los clics-clics de las luces de los carros se paraban en las orillas, tapones hacían y los presentao’s te seguían.
Esos tiempos que con latas, tenedores y calderos te levantaban y como se gozaba compartiendo de la nada- y el rico asopao’ nunca faltaba,
que si la pasaban bien el desayuno te brindaban y hasta en
el sofá te acostaban.
Recuerdo yo, las parrandas de Villalba cuando el familión y las amistades no faltaban, en donde los calderos siempre cantaban, y era divertido cruzar el río por los patios y charcos para llegar a un baño a las dos de la mañana con quinqués en mano y Cucubanos alumbrando las letrinas que desembocaban en las orillas.
Que orgullo haber vivido todos esos hermosos recuerdos.
Pero yo creo que este vecino si no pasa de los treinta- tal vez no haya tenido una navidad como esta, con música de verdad, instrumentos que te hacían llorar y el frío de la navidad te estremecía y con la familia se compartía, en estas parrandas lo que te daban era Boone’s Farms, sidra y si eras de caché te daban Lancers, el rosé de Mateus o quizás Black Tower.
Seguimos con el vecino, a ver que música deleitará mis oidos con sus deliciosos «ruidos» en este nuevo ciclo.
Me pregunto; vivirá solo…